jueves, 5 de diciembre de 2013

Bibliodiversidad

Bibliodiversidad, (en gustos se publican géneros...)
Por Yolanda Ramírez

Frase del libro Los mitos del alba


Tarde o temprano, la historiografía mexicana descubrirá que no se puede hacer la historia de la cultura en México sin hacer la historia de sus editores.
Gabriel Zaid

Dime con quién publicas y te diré quién eres, fue el  título de una mesa redonda que se llevó a cabo el jueves 5 de Agosto del año 2011 en las instalaciones de la librería José Luis Martínez del FCE, en el marco de la Feria del libro Independiente. El evento convocó editores, escritores y público en general. Al concluir la participación de los expositores una persona del público los cuestionó insistentemente sobre los pasos a seguir para convertirse en escritor. Su insistencia era tal que me pregunté ¿Qué será lo que en realidad desea esta persona, escribir, o  ser escritor? cosas distintas aunque suenen tan iguales. Querer escribir implica algo íntimo que encuentra en la escritura su hogar, querer ser escritor tiene qué ver más con el ego y el entramado maravilloso que la farándula ha tejido en torno a la profesión del que escribe.  Escribir tiene que ver también con leer, ser escritor con ser conocido y salir en los medios. Pero… ¿quién termina siendo publicado después de todo? ¿Qué factores se conjuntan para que alguien se convierta independientemente de sus intenciones iniciales, en un autor publicado? 

        
                                 
Hace algunos años, México vivió su época de oro cuando Don Joaquín Díez-Canedo, en su paso por el FCE publicó las obras capitales de Juan José Arreola, Juan Rulfo, Carlos Fuentes y Octavio Paz. En los años sesenta Don Joaquín deja el FCE y comienza una trayectoria editorial independiente con el sello Joaquín Mortiz, donde apostó por algunos escritores, entonces desconocidos, que ahora engalanan la literatura mexicana tales como, Jorge Ibargüengoitia, Augusto Monterroso, José Agustín, José Emilio Pacheco, Salvador Elizondo, Juan García Ponce y Jaime Sabines, entre otros. Don Joaquín era un editor muy culto, un gran lector, ameno en su charla y excelente ser humano.
El primer elemento en la cadena de eslabones, entonces, es el editor. Sin embargo, los grandes consorcios manejan  políticas para la publicación que no permiten llegar al público muchas obras valiosas. Su infraestructura los convierte en gigantes del mundo libresco. Esto ocasionó que hace más de tres lustros, aproximadamente, surgieran en Guadalajara lo que hemos dado en llamar editoriales independientes. Nacieron debido a la necesidad de ofertar algo distinto a lo que el mercado, determinado por las grandes casas editoras, ofrecía al lector. Pero, ¿cuáles son sus características?
Las editoriales independientes son esfuerzos individuales o de grupos reducidos, empresas quiméricas, alejadas de intereses comerciales, que  apuestan a autores desconocidos en un acto de fe e intuición. Son individuos o grupos generalmente cultos… tal vez por ellas se conocerá la nueva obra que como Pedro Páramo cimbrará los cimientos de la literatura mexicana. Gracias a ellas es que editoriales extranjeras han confiado en autores nóveles haciéndolos brillar en otras latitudes.
Las editoriales independientes otorgan a los autores y a los lectores horas de trabajo no remunerado, desvelos e inversión personal, todo por la publicación de un libro en el que creen.
Un editor es como un partero, hay los que necesitan traer al mundo libros que reporten grandes ganancias, y los que desean darle oportunidad de nacer a los libros que consideran buenos, independientemente del resultado comercial. El mundo editorial necesita que existan ambos, en la bibliodiversidad estriba el beneficio.

Hoy, una nueva editorial independiente se suma a las filas de los que enfrentan esta tarea, la editorial Salto Mortal apuesta por autores e ilustradores de Jalisco, esperamos que esta nueva oferta en el mundo editorial encuentre lectores asiduos.




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