viernes, 20 de abril de 2012

La gran madre


La  gran Madre

Cada parte de esta tierra es sagrada para mi pueblo.
Jefe Seattle, 1855


Venus de Laussel, tallada en una cueva durante el Paleolítico Superior. 


El homo tecnos devasta la naturaleza, su madre. Pero este abuso del ecosistema es en realidad un hecho reciente si tomamos en cuenta los millones de años desde que la especie humana apareció en la tierra: el australophitecus  hace 4 millones de años; el homo habilis hace 2.5 millones de años; el homo erectus hace 1.6 millones; y finalmente  el homo sapiens sapiens, hace 130,000 años (todas fechas aproximadas).  Desde entonces la especie humana evoluciona, se adapta, crea formas de supervivencia, y finalmente  somete a todas las especies (incluidos otros hombres también) para obtener  bienestar.
Durante el paleolítico y el neolítico (términos con los que identificamos la prehistoria) se respetaba la tierra al grado de considerarla con todo y sus arrebatos de inclemencia, una divinidad. Los arqueólogos han encontrado imágenes de  una diosa, La Gran Madre, que contenía en sí misma, como la naturaleza, los principios de vida y muerte, formas absolutamente vinculadas dentro de los ciclos de la vida. La adoración a esta divinidad femenina durante miles de años llevaba implícita una actitud respetuosa hacia el entorno y todo lo que lo habita, por ejemplo: si el cazador debía matar para conseguir alimento pedía al espíritu del animal permiso para ello; así mismo, celebraban rituales para agradecer al dios que volvía cada primavera en los brotes de trigo. Los primeros hombres que tuvieron consciencia de la muerte observaban la luna y en su ciclo de cambios y resurgimientos encontraban la respuesta de su íntima pertenencia a un ciclo de vida donde el ser individual es apenas una manifestación del eterno gran devenir dentro del vientre de la tierra, su madre.
De este modo para el hombre de la prehistoria, y para algunos hombres y mujeres a lo largo del tiempo,  la naturaleza es sagrada, y afectarla con nuestras actividades es una falta grave. Los lagos son las venas por donde corre la vida, las montañas son  curvas generosas de su cuerpo, los árboles pulmones purificadores y todos los que habitamos en ella sus hijos.
Si la generación que ahora devasta el planeta considerara de nuevo la tierra, igual que el hombre de la prehistoria, como una manifestación maternal del espíritu divino, muy otra sería la penosa situación actual. ¿Osaríamos contaminar un río si tuviéramos la consciencia de que son las venas de nuestra madre? Tal vez el hombre sea la única raza que en su evolución camina hacia la autodestrucción, tal vez Darwin estaba equivocado, y algunas especies en lugar de seleccionar para la supervivencia a los más aptos, elige a los más egoístas y ciegos.


Este artículo apareció en el diario Ocho Columnas en mayo del 2010 y es una síntesis de la ponencia que se presentó en la CEG (Centro de Estudios de Género) de la Univesidad de Guadalajara en mayo del 2009.
Posteriormente el tema se expuso durante el I Dialogo Multicultural (2013) realizado en Guadalajara Jalisco
















Un video que muestra los abusos del hombre a la tierra:






martes, 10 de abril de 2012

Breve discurso en contra de la lectura durante la juventud... (¿sí?)





Creo que  estamos equivocados... Los maestros, los adultos y las autoridades iniciamos una campaña de alfabetización lectora que no ha dado resultado con los jóvenes. Cada vez se resisten con más ganas y mejor a nuestro intento por vacunarlos. ¿Qué hacer?
En lugar de obligarlos a leer, ¡prohíbelo, maestro! Que los jóvenes sepan lo dañino y pernicioso que es leer. ¡No leas, joven!, puede llevarte a elevadas cumbres de placer, y eso no debe ser. Recuerda  mantenerte racional y ecuánime ¡Ya vas a ser adulto! Entonces podrás leer, no tanta prisa. No leas joven, es algo contagioso, una adicción, un medio para evadir la confusión del mundo, la lectura  presenta opciones  que trastornarían a la sociedad. Mira que la mayoría de los que leen luego ya no pueden dar marcha atrás, quedan irremisiblemente atrapados por su fatal encantamiento. No caigas en ello. En la portada de todos los libros debería venir una leyenda, eso sí en letras pequeñitas, que dijera: el abuso en el consumo de este producto puede ser nocivo para la mansedumbre.
Las librerías, que por favor se reserven el derecho de admisión. ¡Prohibida la entrada a la juventud! Tal vez solicitar la credencial del IFE para verificar que hayan cumplido 18 años sería una buena idea.
Los profesores de Español: ¡limítense a dar la materia! y dejen muy claro que la lectura por placer no tiene nada que ver con eso. ¡Qué horror! Lectura por placer, debe ser algo perverso, algo prohibido. ¿Que los jóvenes se esconden a leer? Regáñalos. Y si alguno se sale de control: un reporte. ¿Cómo está eso de que estabas leyendo en recreo? No, no, no. Estos jóvenes siempre tan rebeldes haciendo todo lo que les prohibimos, retando  a las autoridades...

Consigna:
No leer, porque vas a cuestionar tu historia y tu sociedad.
No leer, porque descubrirás que puedes ser como uno de los personajes que supieron cambiar un destino adverso.
No leer, porque te volverás un ser pensante y eso es peligroso.
No leer, porque es  una droga para evadirte en esos momentos de desesperación en los que necesitas un refugio seguro.
No leer, porque te puedes divertir demasiado.
No leer, porque un libro te lleva a otro y nunca estarás satisfecho.
No leer, porque sabrás más que tus maestros y entonces qué te van a enseñar en la escuela.
No leer, porque descubrirás otros mundos y verás que muy poco hacemos por éste.
No leer, porque te olvidarás de la tele y las empresas podrían colapsarse si muchos jóvenes dejaran de consumir sus productos.
No leer, porque los ídolos de la farándula se convertirán en espectros deformes ante tus ojos.
Debemos cuidar esta sociedad materialista. La lectura atenta contra la estructura que tanto trabajo ha costado implementar; sería  como tirar a la basura el dinero invertido para convencernos de conectarnos, fielmente y todos los días, a un aparato de televisión. La lectura es una ruptura de límites, una posibilidad infinita, un paraíso, que como tal, debe prohibirse.

Y si los jóvenes nos preguntan que por qué nosotros lo prohibimos y andamos leyendo a todas horas.  Es que así es el ser humano: bien contradictorio...


Enuma Elish presentación en Chapala