viernes, 4 de febrero de 2011

El poema...


 Hilo de voz rescatado
desde la nausea,  el asombro, o el éxtasis,
hilo que teje lo que en el silencio hay de signo,
 y de algún modo revela  lo impronunciable.
 Mariposa, o cuervo
 que se remonta del corazón al pensamiento,
 las palabras son su vuelo, abandonado.

 El poema es un sueño a la mitad del día
lucidez en lo más hondo de la tenebra.
Justificación que absuelve un crimen;
pirámide enterrada como iceberg,
urna del misterio,
estalactita en la gruta del alma.
Es el grito de la sangre alzándose con las amapolas
sobre los campos de batalla.

 Es  ofrenda en el altar para las libaciones…

El poema trae consigo la iluminación y el desvarío; 
la dicha y el delirio;
la perdición, la redención;  
la memoria  del abrazo
entre Luna y  Sol, el primero de los días.

En el poema hay fantasmas que se enredan en la piel
o carne que desaparece en la trasparencia de una sílaba muy dulce;
puntas de pedernal  muy antiguas que delatan presencias milenarias;
 animales de continentes que aún no se descubren,
 los nombramos anticipadamente para que lleguen por el horizonte.

En las faldas del mar, plegadas en la arena
hay palabras de sal, que aguardan
como besos agudos que no se han entregado.
Sobre las plumas de una golondrina también hay  bienvenidas.

Entre las arrugas de una pata de elefante canta el polvo de su necrópolis.
Las garras de los leones escriben sobre la selva
crónicas de sangre que sólo los hombres que los cazan entienden.

En la nieve hay  lenguas
con muchos nombres,  sepultadas.
Muertes inconclusas buscando quién pronuncie sus últimas palabras.
Cielos de otros colores, no siempre azules…
¿a dónde irían los imposibles a gestarse
sin los caminos de un verso que alumbra su informe geometría?  
¿Quién dará al mango el sabor de una lágrima,
quién enhebrará una aguja con toda la paja atravesándola como a un inmenso umbral?

 Desde el poema la estatua  grita
que ha sido mancillada con la historia de Lot,
que la Gorgona no castiga, te vuelve inmortal,
que un corazón de piedra es una metáfora mal aplicada  
ella tiene mejores y más, pero no las escuchamos…  

Y los poetas,  
envolviéndose en sábanas  musicales
tratan de atrapar las notas
 como a mosquitos que pululan zumbando en sus oídos; 
música remota cuya perfección deslumbra,
aparece  como una visitación divina,
pero es tan inasible
como el tiempo que se desbordó de la clepsidra
y se fue a jugar a un río…
(habrá que hacer cantar al río
para que cuente lo que le dijo el agua derramada)

Cuando la palabra ha  vuelto a ser poema
hay raíces  y estrellas circulando en nuestra sangre
Mundos infinitos orbitando una pupila
Semillas estelares en el profundo laberinto
alimentando  minotauros.
Hay gnosis y silencio…
Abismo,
mito, oráculo
revelación.

Enuma Elish presentación en Chapala