Don Quijote se "vuelve loco" porque ha leído
muchos libros, libros en su mayoría de caballería… y, si a esto nos atenemos,
la locura le llega del exterior.
Para comprender esta visión de la locura (el ataque de algo
externo al hombre, que lo saca momentánea o definitivamente de la
"normalidad"), sería conveniente hacer un recorrido por la visión de
cada sociedad con respecto a la locura (tarea que excede el tenor de este
comentario); no obstante este interesante recorrido, yo solamente me limitaré a
analizar (muy brevemente) dos momentos históricos en que la visión de la locura
es sustancialmente opuesta a la nuestra. Esto con el fin de comprender un poco
más la historia de Cervantes y lo que pudo haber llevado a nuestro autor a
pensar en un "loco" (que luego resulta que no es tan loco) como
protagonista de su obra más relevante.
Vamos
pensando primero en que, desde la perspectiva en que la locura llega del
exterior (visión griega del siglo V a. de C., visión que analizaré en un
momento); un hombre puede ser atacado violentamente por la locura; para
nosotros es claro que, cuando su circunstancia y su entorno se vuelven contra
él, y, para escapar de esta agresión externa, el hombre se muda a vivir una
determinada fantasía, como es el caso que de Alonso Quijoano; para los griegos
estabaclaro de manera distinta, los dioses eran las personificaciones de los
agentes externos, y su ataque alejaba al hombre de la cordura. Si la época de
Cervantes (y la nuestra, quién lo duda) era una época plagada por
incoherencias, y había guerra (la batalla de Lepanto fue equivalente en
magnitud y horrores a la Segunda Guerra Mundial), y había injusticias, y abuso
del poder, y… tantas otras "irregularidades"; entonces ¿no son todas
estas circunstancias, para un espíritu sensible (como el de un lector… Alonso
Quijano era lector) motivo para la mudanza de una realidad a otra. Una realidad
incontrolable (la externa) se trueca por una fantasía donde somos dueños de
nuestros sueños (don Quijote es el encargado, según sus imaginerías, de
rescatar al mundo de esa horrenda Edad de Hierro en la que viven, ha cambiado
la deprimente realidad de la vida de España, por el sueño de resucitar una Edad
de Oro mediante el rescate de los valores caballerescos).
Volviendo
a los griegos, desde el siglo V se detecta en la sociedad griega una visión de
la locura como algo que "ataca" al hombre, no como algo que nace del
hombre. En su libro A quien los dioses
destruyen, Ruth Padel explora, mediante el seguimiento minucioso y eficaz
de las etimologías los términos utilizados por los griegos para
designar a los que HOY sustantivamos como "locos", y que en ese
entonces eran sólo referenciados como sujetos viviendo momentáneamente la
locura… verbo, acción, no esencia.
Para
ilustrar esto, Ruth Padel enlista las palabras que utilizaron los poetas y
dramaturgos refiriéndose a personajes que fueron "enloquecidos" por
los dioses.
*Phren, mente
*áphron, sin phren/sin mente (para nosotros, loco).
*áphron, sin phren/sin mente (para nosotros, loco).
*Émphron,en la phren, en la
mente, (para nosotros cuerdo).
*Sóphron, con la phren sana, con la mente sana (palabra vital, porque
implicaba que era posible sanar de la locura).
*Manes,
originalmente espíritus de los muertos que vagaban por el Averno, luego,
agentes de la locura.
*Mainomai, enloquecido /enloquecido por los manes.
También
había personificaciones -si se quiere sustantivos-, pero los sustantivos no son
para el hombre, sino para el "agente que enferma" al hombre, estos
aparecen en las tragedias griegas:
a) Oistros, personificación animal de la locura, el tábano
que persigue a ciertos personajes, para llevarlos por medio de un ataque de
locura, a un vagabundeo o a una situación desesperada. Ío y Orestes, cuando
están locos, son víctimas.
b) Lisa, personificación humana de la locura, presente como
la ira que acomete en el fragor de la batalla.
c) Manía, no es
personificación, es un "arma" de los dioses. El término mainas era utilizado para decirle a
alguien loco, pero en sí es un verbo, implica estar enloquecido, no es un
sustantivo aunque cumpla esa función.
Con
esta información pretendo ponerme a reflexionar acerca de las mutaciones
constantes de las palabras, y por ende, de los sentidos de las mismas. Cómo el
hombre ha ido evolucionando no sólo en su biología física, sino en su
"biología mental".
En la
época de Cervantes, las cosas estaban cambiando; la idea griega había llegado hasta
el siglo XVI y XVII casi intacta, con leves variaciones en su esencia; con el
Cristianismo la idea de alienación había cobrado nuevos bríos y nuevas
implicaciones, desde la Baja Edad Media alejarse del mundo fue una tentación
que bien podía traer beneficios espirituales -si el alejamiento llevaba hacia
la gracia- o satanización -si el alejamiento del mundo llevaba a un enfrentamiento
con los valores establecidos por la religión-. Esto implica que la idea, aunque
estuviera a punto de una nueva mutación, estaba en el linaje mental de los
hombres del Renacimiento, Cervantes era uno de ellos.
La
locura griega implica un estado al que se entra y del que se puede salir (como
don Quijote). Cuando Esquilo, trágico griego, desea sanar a Orestes, modifica
los agentes de la locura. La modificación del medio… idea que luego retomará la
muy joven ciencia: la psicología. Cuando Cervantes desea sanar a su personaje…
lo manda al panteón. Porque la locura de don Quijote, aunque se parezca en
muchas de sus facetas a la locura de los griegos, es más bien parecida a la de
los místicos, la locura de don Quijote está a medio camino entre la idea de los
griegos (porque los agentes que lo enloquecen son los libros de caballería), y
la idea de los místicos y cabalistas… una locura que llega, pero no para
enloquecer malamente, sino para hacer que nos reformulemos el estado mental de
nuestra sociedad.
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