Cuando lees en el café, y alguien te saluda, y
no hay a la mano un separador ¿dejas la pluma de tus notas dentro del libro...?, esta
imagen, tan familiar para los lectores, es indicio de una apasionada relación
que no deseamos concluir. El libro no va a cerrar sus entrañas mientras hayas
dejado claro que volverás, que la pluma es una prolongación tuya…
…la
pluma, que no permite se colapsen ni
cierren del todo las páginas. Y a veces, no es sólo la pluma, puede ser
también una pequeña libreta de notas que guarda desordenadamente los
pensamientos que el libro generó, como semillas emergentes esparcidas en la tinta apresurada. Y así, dentro del libro,
sosteniendo un segundo inmóvil, puede no sólo estar la pluma sino también,la libreta de notas, y dentro la pluma.
Más aún…, los lentes, como voyeurs cansados, reposan
O un beso sobre los renglones preferidos
cuando no se tiene a la mano un marcador.
YRM
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