Nuestro premio serán sencillamente cuatro cuencos de flores...
Popol Vuh
¿Tiene parangón esta euforia colectiva por el futbol con lo que nuestros antepasados de
la Riviera Maya experimentaban durante el ritual del juego de pelota?
Hace algunos años, coincidiendo con los tiempos de partidos y mundiales, impartí a jóvenes de preparatoria, una clase de literatura fundamental: El Popol Vuh,
libro sagrado de los Mayas. El tema, nada fácil, tomando en cuenta que los intereses de la gran mayoría de los jóvenes están bien lejos de la literatura, tuvo sin embargo, un éxito rotundo. ¿Por qué?
Les contaré brevemente lo que les conté a ellos acerca del Popol Vuh:
En esta leyenda los protagonistas son un par de gemelos míticos,
Hun-Hunapú e Ixbalanqué. Estos gemelos, igual que sus antepasados, están destinados a ser jugadores de pelota. Su madre y su abuela tratan de ocultárselos porque este juego terminó fatalmente con la vida del padre y del tío de Hun- Hunapú e Ixbalanqué, pero ¿quién pude en realidad contra el destino, quién se atreve a imponer la voluntad humana por encima de una voluntad divina? Con estos antecedentes, no importando qué previsiones tomaran las dos mujeres, llegó el día en que los jóvenes lo descubrieron... Y así, orgullosos y llenos de vida, el par de gemelos se pusieron a jugar sobre una cancha MUY ESPECIAL, esta cancha estaba ubicada nada menos que sobre la Tierra de
los Señores del Inframundo. El aparentemente inocente juego
molestó a los oscuros habitantes de las sombras, que decidieron acabar con
ellos, como antaño habían acabado con los otros gemelos: “invitemos a estos jóvenes al
juego de pelota pero aquí, en Xib-Al-Ba, y el
perdedor morirá”.
Hun-Hunapú e Ixbalanqué, descendieron a la tierra de los muertos para
jugar un partido trascendental, de este juego de pelota dependía su vida. Desde
que ambos jóvenes se internaron en Xib-Al-Ba fueron sometidos a numerosas pruebas. No voy a contar la
serie de aventuras de las que salen
vencedores una y otra vez, pero les recomiendo que busquen la leyenda y vean a cuántas pruebas los sometieron.... voy a concentrarme sólo en el hecho de que todas las
pruebas fueron superadas con ingenio y gracia, todas, hasta que, víctimas de la corrupción de los frustrados Señores del Inframundo, uno de los gemelos perdió la cabeza... cabeza que fue utilizada como balón en la prueba final: el juego de pelota.
Aunque los gemelos no pierden, son sacrificados e incinerados, pero a la manera del Fénix, Hun-Hunapú e Ixbalanqué retornan
a la vida; como el sol, que a diario vence a la oscuridad para regresar e
iluminar el mundo. Para los mayas el juego de pelota era una celebración
sagrada que representaba un evento
cósmico. Imagino al pueblo reunido actualizando, mediante el rito, sus más hondas
concepciones sobre la vida y la muerte.
Ahora, en colectivo entusiasmo, el
país se reúne para celebrar o padecer, según sea el caso, la victoria de un
equipo. ¿Hasta dónde es sólo un divertimento, hasta dónde una nueva forma
ritual de "unidad nacional" que detona odio por los hermanos con los que se enfrenta, hasta dónde un distractor de los últimos tristes
eventos por los que atraviesa la nación? ¿hasta cuándo olvidará el hombre que todo en él es sagrado, siempre y cuando trascienda la estupidez del fanatismo y el alcohol?
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