jueves, 13 de diciembre de 2012

Bitácoras de lectura en voz alta


Bitácora del encuentro: La voz, como raíz del alma…

Hay palabras que encienden como cerillos la sangre…
YRM

El primer día en el aula es definitivo; impartir la materia de literatura requiere de algo más que un titulo. Los jóvenes reciben al maestro con la secreta aprensión de que impondrá una serie de lecturas obligatorias y varios ensayos explicando las obras, por eso han perfeccionado sus estrategias de sabotaje.
Entrar al salón de clases con La Odisea en los brazos ¡es como llevar un ser amado a un campo de batalla!
¿nos va a obligar a leer “eso”?
¡A mí me choca leer, he!
¿Cuántos libros vamos a leer?
Y otras preguntas por el estilo que silban como balas cerca de nuestro amado libro, (a quien protegemos con devoción entre los brazos).
            No, muchachos, no será obligatorio que lean, si no lo desean. A mí me apasionan los libros, yo voy a leer en voz alta para ustedes. (Se muestran sorprendidos, por supuesto, no esperaban esa respuesta, esperaban una lista de libros que deben comprar…). Además, en sus orígenes, las narraciones se contaban por medio de la voz o de las representaciones pictóricas, aún nadie leía, ni siquiera se había inventado la escritura que conocemos, sólo había imágenes sobre los muros de los palacios, en las vasijas, en las cuevas… y la voz. Durante siglos, la enunciación de la palabra fue determinante en la transmisión de las historias. (En este momento los ojos de muchos alumnos me miran con sorpresa). Y sin embargo, son las historias de estos tiempos las que engendraron lo que ahora llamamos literatura, por eso, me parece importante reproducir las condiciones  en las que se conocieron las primeras grandes obras: la oralidad. Será como contarles cuentos, vamos a conocer relatos que nacieron cuando los hombres eran libros vivientes, y su voz cantaba, para todos, los grandes hechos heroicos.
Entonces, ¿no vamos a leer?
Sí, pero no en la forma que creen. Durante la época en que vivió Cervantes, el autor del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, muy pocas personas sabían leer, y sin embargo, casi todos conocían obras importantes de la literatura,
¿Cómo?
Por las representaciones teatrales. En la Inglaterra de Shakespeare las multitudes iletradas conocían de memoria las tragedias y comedias que ahora leemos como grandes clásicos de la literatura universal.
¿Y ahora cómo puedes conocer las obras más importantes si no quieres leer?
Escuchando… y eso es lo que ustedes harán: escucharán.
¿Sólo eso?
Sólo eso…



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Enuma Elish presentación en Chapala